Aleteo azul.
Suspiras. Está oscuro. Y tú en la puerta de aquel túnel.
Comienzas tu andar tembloroso.
Te recuerda a cuando caminabas inocentemente de pequeña sobre las líneas pintadas de la calle, colocando bien los pies, uno delante del otro con precisión y desplegando los brazos para no perder el equilibrio… uno, dos, tres…, en aquel entonces tu único miedo era salirte de ella y tener que volver a empezar a contar.
Ahora lo ves distinto. Transitas la oscuridad porque sabes que sin ella no existiría la luz.
Ahora te preocupas por huir de los lugares que te apagan la vida.
Ahora no te importa volver a contar los pasos.
Ahora solo quieres caminar con una sonrisa.
A tu lado revolotea un pajarito azul, y crees que también, como tú, está buscando la salida.
Si tienes miedo cierra los ojos, aprieta fuerte y déjate llevar por su aleteo, él está ahí contigo, no estás sola.
Continúas caminando temerosa cuando te sobresaltan unas manos tiranas que intentan atraparte.
Confía, el pajarito azul sigue a tu lado abriéndote paso y custodiando tu camino.
Esas manos persisten en su intento al mismo tiempo que te ensordecen sus gritos…, y el pajarito azul con su bello cantar los hace desparecer como por arte de magia.
Exhausta te tambaleas y esta vez el pajarito azul, tan pequeño, pero con la fuerza de un halcón tira de ti para que no te derrumbes.
Lleva consigo un poder especial…
Con su ayuda sigues avanzando, vislumbrando el final, y te desvaneces.
Al cabo de unos instantes abres los ojos buscándolo pero solo encuentras luz reflejada en una mirada.
Y cuando piensas que ya no está una pluma azul cae del cielo en forma de balada.
(dedicado a nuestros ángeles de la guarda)