Amores.

18.10.2023
Él abrió su mano y le dio un trocito de papel que decía: "La luna me ha confesado que mataría por brillar la mitad que tus ojos...", y ella solo pudo sonreír.

 

Hay amores que no se olvidan.

No tiene por qué ser el primero ni el último, solo tiene que ser tan especial que por mucho tiempo que pase, vida y caminos recorridos, se vuelvan eternos.

Hay amores que son para siempre sin importar los años ni los amantes que hayamos tenido.

Amores que hemos amado en otras vidas y en otros cuerpos, pero que reconoceríamos en cualquier momento porque quizás estemos hechos de las mismas historias o del mismo polvo de estrellas.

Amores que recordaríamos en una canción, un secreto, un sabor…, porque hay besos que lo cambian todo y nos cambian para siempre.

Amores que el destino caprichoso nos regala cuando miramos hacia atrás, mientras un suspiro se deja caer en las letras que hicimos nuestras y convertimos en tatuajes imborrables.

Amores que siempre están conectados y aunque se alarguen en intervalos vacíos tan solo un pequeño roce de la piel les volvería a dar vida.

Cuando solo tienes ganas de apagarte, esos amores encienden la luz que te hace invencible, porque están destinados a robarte mil sonrisas y convertir así tus días grises en atardeceres mágicos.

No creo en que el tren pase una vez, ni en las segundas oportunidades, creo en todos los trenes y en todas las oportunidades, aunque al final rompan el corazón, aunque al final terminen como al principio…

Hay historias que comienzan con un ¨hola¨ y llegan a serlo todo, y aunque no sean para toda la vida, siempre tendrán en el bolsillo un beso guardado y un abrazo para darte.

Hay historias que comienzan con miradas eternas que retornan los besos más largos.

Esos amores que dejan huellas, que dejan recuerdos, memorias y anécdotas en la piel de quien alguna vez fue nuestro y ahora sigue su camino aparte.

Amores que rescatarías de esos recuerdos sin mirar atrás y sin importarte nada ni nadie porque… cuando todo acabe en esta vida, solo contarán los latidos que sentimos.


Alguien dijo una vez que "la aspiración más grande que existe en el amor es aspirar a ser inolvidables."