Mamá.

07.05.2023
Siéntate en la orilla. 

  

La partida de la vida no nos barajó las mejores cartas para jugar, así y todo, jugamos...

Tengo recuerdos de niña feliz y de muchas complicidades que fueron espaciándose en el tiempo. 

No tuviste una vida fácil. Te caíste tantas veces como veces te has levantado. Y con las armas que tenías te erguiste otra vez, te lamiste las heridas y seguiste adelante.

Con esas caídas me has demostrado que se puede, a pesar de todo, a pesar de tanto. 

 Así me enseñaste. Soltándome la mano y empujándome a un vacío que me obligó a mantenerme en pie. 

Con el tiempo nos cubrimos bajo el manto de reproches y culpas, y quisimos enmendar los errores que cometimos, pero nuestro orgullo nos ha ido jugando malas pasadas alejándonos cada vez más.

Me enseñaste mucho de lo bueno que hoy en día sigo poniendo en práctica, y también todo aquello que no quiero que forme parte de mi vida.

Te he pensado "mala" cuando en realidad no lo eres, solos eres imperfecta, tan imperfecta como lo somos todos.

Sentí mi corazón romperse con muchas de tus palabras, pero  no te juzgo, ahora te puedo ver  a través de las heridas.

Y por medio de estas líneas te perdono por ello.

Y por medio de estas líneas me perdono la insistencia de no haberme dado cuenta que aquel vaso que durante tantos años pretendí llenar estaba roto por debajo.

La vida pasa, la vida sigue, y nosotros con ella hasta nuestro último suspiro.

Pongo estas palabras en un barquito de papel y lo lanzo al mar esperando con ansias el momento en que lo veas llegar sentada, al otro lado de la orilla. 

Gracias por todo porque sin ese "todo" yo hoy, no sería nada.


Te quiero mamá.