Opuestos.

02.01.2024


Todo tiene comienzo y final, todo tiene dos lados, todo es un puente por el que no siempre puedes saber si lo vas a cruzar por un lado o por el otro…


Hay soledades que acompañadas reviven y otras que, acompañadas, destruyen.

Hay cansancios del hastío, del "no puedo más", ese que sale de las entrañas, y el cansancio del final del día.

Hay risas que burlan, y risas que alegran y reaniman.

Hay miradas que desagradan, matan y rompen en mil pedazos, y las que reconfortan y subliman.

Hay manos que, aunque lo intenten, no encajan, y otras que con solo rozarse encajan en un ensamblaje perfecto.

Hay silencios que torturan, y silencios que te murmuran al oído.

Hay lágrimas que brotan desde el dolor, mientras otras lo hacen desde el amor, y también del desamor.

Y luego están las palabras…

Las que prefieres lanzar al aire obligándolas a que se las lleve el viento, porque ojalá no las hubieses tenido que escuchar nunca.

Y hay otras que nos dejan anclados en el tiempo, a las que volvemos una y otra vez para seguir abrazados a ellas.

Palabras que nos sirven de rescate y de tierra firme cuando las nuestras no son suficientes.

Palabras que acarician el alma y hasta la cosen con hilos de alivio para que curen las más profundas heridas.

Hay palabras que dan amor y otras que te lo quitan, cortas, largas, con sentido o sin él.

Términos, siglas, expresiones. Palabras inventadas que solo cobran sentido en la sonrisa que soltamos al recordarlas.

Palabras que tomamos prestadas y hacemos nuestras, creando nuestro diccionario particular. Quizás unas letras al aire que ante los ojos de cualquiera se antojen insignificantes.

Palabras que quedan perpetuamente tatuadas en el tiempo, mezcladas entre otras, en una servilleta, en la página arrancada de un libro, en un mensaje…, o efímero como un "te amo" en la arena o en el vaho de un cristal.

Quién sabe si las volveremos a pronunciar en cualquier de sus formas, solo tenemos la certeza de que todas las veces que ya lo hemos hecho permanecerán por siempre en nuestros corazones.

A veces bailamos la vida desde la música o desde el silencio que nos ofrece.

A veces transitamos el puente desde cualquiera de sus extremos.

A veces..., somos opuestos.