Sentada sobre la luna.

18.04.2024


No te guardo rencor, te guardo las sonrisas de ida y vuelta.

No te guardo rencor, te guardo los momentos mágicos que sacamos de algún bolsillo solitario.

No temas, no te guardo rencor, ni siquiera te guardo las lágrimas que derramé por ti porque fueron las que limpiaron mi alma.

Nunca me gustaron los finales, pero sé que a veces son necesarios, y otras veces se materializan así sin más, sin dar explicaciones.

Por eso, al atardecer cuando las estrellas asomen, alzaré mi mirada y con las ansias que solo el alma entiende, desearé…

… que no te falte una mano que te ayude a levantarte,

… que el camino siempre salga a tu encuentro,

… que no se te escape la vida ni te huya la felicidad,

y que siempre recuerdes olvidar las tristezas, pero sobre todo, nunca olvides recordar aquello que te hizo sonreír.

No, no te guardo rencor.  

Cuando mires a la inmensidad del cielo, búscame, te esperaré detrás de aquella constelación, segunda estrella a la izquierda, sentada sobre la luna iluminando tu noche oscura.