Sí.
Sí.
En ese rincón donde te atrapa el miedo te daré el encuentro y te acurrucaré.
Sí.
Te daré mi mano cuando te quiebres y no sepas de qué huyes, sobre todo cuando lo hagas de ti mismo.
Sí.
Te querré cuando tu amor flaquee y te vuelvas tu propio enemigo. Tan humano, tan imperfecto.
Sí.
Me quedaré contigo cuando la inmensidad atrape tu pequeñez.
Sí.
Cuenta con ese abrazo fuerte que te salve y te proteja de todos tus miedos.
Sí.
Escucharé tu voz callada. Tus miedos sin palabras. Tu alma en silencio, donde solo hay cabida para los latidos de tu corazón.
Sí.
Te alentaré a todo lo que te haga feliz. Te alentaré a soñar con una sonrisa tonta... que rememore la inocencia de los primeros besos...
Sí.
Te amaré en la dificultad de tu alma, calándome en ella de puntillas, con todo el cuidado de no hacerle daño.
(foto encontrada en la red)