Sombras
De boca en boca.
¡Asómate, ten paciencia!, en algún momento aparecerán…, son pequeñas sombras de alma negra salpicadas por el mundo, especializadas en vivir vidas ajenas.
Y mira que tienen su ombligo más cerca… pero ¡no!, ellos eligen el camino más fácil, que es mirar al de enfrente, al de al lado, al de arriba y al de abajo.
Rastrean como sabuesos.
Husmean con curiosidad insaciable buscando hasta encontrar aquello con qué alimentar su incontrolable deseo de gritar a los cuatro vientos... ¿una verdad? ¿una mentira?... ¡Que más da!
Desde hace siglos están arraigados entre nosotros, se han convertido en una raza imposible de extinguir, con vida propia muy limitada, ignorando sus problemas porque los de los demás son más fáciles de resolver.
Son muy creativos, ya que además condimentan sus historias con pinceladas de malicia.
En todas partes hay alguno de ellos, espiándote. Por suerte sus golpes de gracia no duran mucho porque tarde o temprano ellos mismos, desde su estado más pletórico evidencian su bajeza.
¿De qué lado estás más cómodo? ¿Delante o detrás?
Esas pequeñas sombras de alma negra se esconden cobardemente en los rincones que menos te esperas.
Detrás de mensajes que les ayudan a ocultarse allanándoles el camino,
detrás de comentarios inventados,
detrás de emisarios...
Pero siempre detrás, nunca de frente.
Porque es más fácil amenazar que enfrentar.
Es más fácil juzgar y presuponer que preguntar, porque si preguntas empatizas y te implicas, y eso no interesa, no vende, no tiene morbo.
- "Aquella tarde la vieron seria, pero nadie se atrevió a preguntarle si le pasaba algo, sino que prefirieron hablar y conjeturar…"
Como un río incontrolado sus lenguas maquiavélicas pueden llegar a desencadenar en apenas un instante una guerra de la cual no se pueda retornar...
¡Detente! ¡No caigas en la trampa!
Así se desvanecerán como pompas de jabón en el aire.
Cuando se catapultan a la cima con el "chisme del año" se convierten en reyes, vanagloriándose de su logro y dejándose alimentar el ego con los halagos de los demás, esos que, en el fondo, demuestran ser de su misma calaña.
Esas pequeñas sombras de alma negra se pasean a tu lado pasando desapercibidas, te
das cuenta tarde que están cerca y en ocasiones te ves atrapado en su red.
Es fácil confundirlos, pero la piel no engaña, porque la
empatía de verdad, la honestidad y el saber estar no están al alcance de
cualquiera.
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- ¡Buenos días! ¿Qué le pongo?
- "Póngame un cuarto de la vida de este, medio kilo de la vida de aquel, y kilo y medio de la vida de ese… que tengo mucha hambre".