Y te das cuenta que...

23.12.2023
Nadie nos contó que se puede encender la luz y apagar el miedo.


Debajo de mis arrugas, mi celulitis y mis canas sigo siendo yo, y aunque con algunos matices, me persigue la misma intensidad de sonrisa que de lágrimas, las mismas manías y ahora también el asumir con orgullo que a estas alturas mi cuerpo luce mejor vestido que desnudo.

Y si…, el tiempo pasa, y también pesa.

No hay nada peor que darse cuenta de que es demasiado tarde para algo, pero, y aunque suene a gurú de autoayuda también es alentador darse cuenta de que aún puedes hacer cosas.

Te azotaron las olas como al mar, y también el viento como a las torres más fuertes, pero a pesar de todos esos intentos de derribo, hay calma en tu alma…

… cuando llega el momento en el que te cansas de dejarte de lado, de disimular, de castigarte, y de ponerte de alfombra para complacer a los demás,

… cuando llega el momento en el que aprendes que ser orgullosa no es no querer ir a una reunión con gente hipócrita, simplemente no vas porque no estás a gusto.

Cuando la prioridad que te das se interpreta como egoísmo, y te da igual porque te das cuenta de que puedes quererte aun cuando no lo tienes claro, cuando miras hacia tu propia nada, justo ahí cuando cometes el fallo preciso que te llevará al acierto.

Cuando te encuentras después de haberte perdido en tu propio mapa.

Cuando aprendes a no cuestionar el poder del tiempo, que cicatriza todas las heridas aun cuando el proceso sea aletargadamente lento.

Cuando aprendes a disociar perfectamente al que te quiere del que te soporta, aunque los trates a todos por igual.

Cuando finalmente te sientes rara de andar sin tropezar con aquella piedra y vivir el presente sin reflejarte en el pasado.

Cuando llevas claro que a lo largo de tu vida eres protagonista de tu historia, y en otras miles de historias más, pasando de actriz principal a secundaria, a simple figurante en tan solo un chasquido de dedos..., o a la mala malísima en alguna historia ajena.

Cuando tomas conciencia de que una retirada a tiempo vale más que todas las heridas juntas.

Y finalmente, si piensas en refranes, ni callas ni otorgas, solo le haces caso a esa vocecita que te dice que lo sueltes así, como te sale, porque de filtros…, de filtros, ¡ni hablar!, los filtros para las fotos..., y a estas alturas, ¡ni eso!

Ese es el momento, justo ahí.